Si alguien se hubiese plantado en el St. Mary’s hace tan solo dos meses pregonando que el Southampton FC estaría, tras nueve jornadas de Premier, en la segunda posición de la clasificación, siendo el segundo equipo más goleador y el menos goleado del campeonato, le hubieran llevado de cabeza a un psiquiátrico. Sobre todo, tras la desbandada en masa del verano. Pero la realidad es la que es, y ahí está la Koemachine, confirmando que más que revelación, es ya una realidad.
Y el principal artífice de ello no es otro que su técnico Ronald Koeman. Venerado a más no poder en su país, aunque archiconocido en España por haberse quedado a un paso de descender al Valencia en 2007 (aunque ganó la Copa del Rey), apartando a mitos del conjunto ché como Cañizares, Albelda o Angulo, el preparador holandés llegó en verano a la ciudad del Titanic tomando el complicado relevo de Pochettino. Repetir lo que había logrado su predecesor se antojaba una quimera. Más todavía tras el adiós de los dos mayores iconos del equipo, Rickie Lambert y Adam Lallana, de los jóvenes Luke Shaw y Calum Chambers, y del coloso croata Dejan Lovren.
Pero entonces, el técnico logró la utopía. Consiguió devolver la ilusión a un bloque hundido con la marcha de sus estrellas, retener a Schneiderlin y Jay Rodriguez, y mantener viva la esencia del Southampton Way. Se trajo por petición expresa desde la Eredivisie a Graziano Pellè, máximo goleador de su Feyenoord el pasado año, y a Dusan Tadic, que venía de hacer nada menos que dieciséis goles y catorce asistencias en el Twente, y reforzó el núcleo, ya de por sí consistente y de calidad con los Fonte (ahora capitán del navío saint), Cork, Steven Davis, Ward-Prowse, Wanyama o Clyne, con trabajadores contrastados como el campeón de Europa Ryan Bertrand, el oportunista Shane Long o dos seguros de vida como Florin Gardos y el meta Fraser Forster, a los que se unieron a última hora el expeditivo Toby Alderweireld y el habilidoso Sadio Mané.
Juntos, ayudados por el aporte de la siempre eficiente y prolífica cantera de Staplewood, personificado en los Targett, Reed, McQueen o Gallagher, y en el de otros jóvenes que han vuelto buscando una nueva oportunidad como Isgrove o Mayuka, los saints siguen rompiendo barreras. Suman seis victorias en sus últimos siete partidos en Premier, en los que Pellè lleva seis tantos y Tadic, siete asistencias. Han eliminado al Arsenal en el Emirates en Capital One. Han marcado veinte goles en Premier y han encajado solo cinco. Y todo ello sin dos figuras clave como los lesionados Jay Rodriguez y Ward-Prowse, a los que no se espera casi hasta 2015.
Con un juego alegre, dinámico y eficaz pero sustentado en una defensa sólida y contundente, y en un gran trabajo en la sala de máquinas, los saints no tienen miedo de seguir destrozando imposibles. Qunice de ellos fueron llamados en la última convocatoria de sus selecciones absolutas, la pasada semana lograron ante el Sunderland su victoria más abultada de siempre, y aunque sería irreal hablar de objetivos de final de temporada, la ‘Koemachine’ (como está empezando a conocerse al Southampton) no renuncia a seguir haciendo historia, pero siempre con cautela, mucho trabajo, y los pies en el suelo. Porque así es como se consiguen las cosas.
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